Un mundo mejor

ALFRED R.
STIELAU-PALLAS
Pensador inovador. Escritor. Maestro inspirador.
Desde una edad temprana, Alfred R. Stielau-Pallas se ha dedicado a responder una gran pregunta: ¿cuál es el secreto de una vida plena y exitosa? En Alemania, es reconocido como un pionero en temas como visión de futuro, éxito, satisfacción, gratitud, responsabilidad y ética desde 1973.
El visionario, profesor y autor ha publicado 12 libros y, junto a su esposa Gisela Pallas, se les considera embajadores de el poder del agradecimiento. Su empresa, PALLAS Seminare, es una de las organizaciones de seminarios más prestigiosas en estos campos, con un índice de satisfacción superior al 98.5 % entre sus participantes

Su Biografía
en letra y imagenes
Era el año 1961 cuando, a la edad de 14 años, viajé a Inglaterra durante 3 semanas con un grupo de jóvenes. Los 200 marcos alemanes que costaba el viaje pagué yo con el dinero que había ahorrado tras un año de trabajo.. A diferencia de mis compañeros, cuyos padres eran más acomodados y estudiaban en secundaria, yo era el único alumno de primaria. Aun así, ya tenía mi propia cámara, algo poco común para un chico de mi edad.
Después del viaje, el grupo preparó una carpeta con fotos, recuerdos y un reportaje. Como quería conservar algo especial para mí, creé mi propia carpeta con fotos, postales, entradas y otros recuerdos.
Durante la velada de presentación para los padres, ambas carpetas fueron exhibidas. En ese momento, una de las madres más adineradas miró por encima de mi hombro y comentó con desdén: «No está mal para un alumno de primaria». Sus palabras me hirieron como una puñalada en el corazón, pero al instante tomé una decisión: «¡Voy a llegar más lejos que vosotros!»
Con el tiempo, olvidé aquella promesa que me hice. Pero, probablemente, fue ese momento el que despertó en mí el deseo de descubrir qué se necesita para convertirse en "alguien" en la vida.

Mi esposa también provenía de un entorno humilde donde el dinero era escaso. Sin embargo, desde muy joven adoptó un mantra que marcaría su vida: «Siempre tengo suficiente dinero».
El «destino» quiso que nos conociéramos en 1973, en un seminario estadounidense titulado El valor de tener éxito. Apenas tres semanas después de completar una breve formación, me lancé a dar mi primera conferencia motivacional: Cómo puedo cambiar mi vida con mi actitud.
En aquel entonces, trabajaba como fotoperiodista a tiempo parcial y pronto me di cuenta de que, especialmente el periódico BILD*, no estaba interesado en la verdad, sino en el sensacionalismo. Durante mi conferencia, pude demostrar de manera convincente cómo los medios nos presentan una imagen distorsionada de la realidad, lo que influye en nuestra percepción del mundo y, en consecuencia, en nuestro subconsciente. Los periódicos hablaban de crímenes todos los días, pero en nuestra tranquila ciudad apenas ocurría algo que realmente mereciera la atención de la prensa.
* BILD:
Periódico alemán considerado sensacionalisto de mayor tirada diaria en Europa
Hasta el día en que ocurrió un incendio en una caravana dentro de la propiedad de un granjero, quien había acondicionado parte de su terreno como camping. El periódico BILD me llamó tras encontrar mi negocio de fotografía en la guía telefónica. Asumieron que, al dedicarme a la fotografía, probablemente podría tomar imágenes del incidente. Me pidieron una foto de los restos y, apenas una hora después, volvieron a llamarme para coordinar la recogida de la imagen por parte de un mensajero.
Para los lectores más jóvenes:
En aquella época, no existía internet ni la fotografía digital. Tomar una foto era un proceso completamente distinto. Primero, había que revelar el carrete negativo, sumergiéndolo en diferentes baños químicos: revelador, fijador y enjuague. Luego, para obtener una imagen en papel, se necesitaba ampliar y exponer el negativo, repetir el proceso químico y, finalmente, dejar secar la copia impresa.
Sin embargo, en este caso, me ahorré todo el trabajo. El granjero, preocupado por la reputación de su camping, no me permitió entrar en su propiedad para tomar las fotos.
Después de explicarle la situación al periodista de BILD, me hizo una última pregunta: "¿El granjero tiene perro?". Respondí que sí, y colgó. Al día siguiente, al abrir el periódico, me encontré con el siguiente titular: «Reportero de BILD expulsado de la finca por un perro de presa».
Aquello no solo me hizo sentir mal, sino que, de la noche a la mañana, comprendí una verdad fundamental: no todo lo que está escrito es cierto.
Este episodio reforzó aún más mi convicción de que las noticias negativas nos roban la esperanza en el progreso y "congelan" nuestra energía de acción. En aquella época, Warren Buffett aún no era un referente mundial ni se hablaba de su inquebrantable actitud positiva.
Sin embargo, en mis seminarios ya podía demostrar que nos hacemos un gran daño cuando dejamos de creer en un futuro mejor, tanto para nosotros como para el mundo. Adoptar una actitud positiva es el mayor favor que podemos hacernos.
Pero, irónicamente, unas semanas después todo comenzó a derrumbarse. La empresa donde impartía mis seminarios empezó a tambalearse, llevándose consigo mis esperanzas en el futuro prometedor que había imaginado.
Pero bastó reencontrarme con mi esposa y sentir que debíamos estar juntos para recuperar la ilusión. Además, pronto surgió otra empresa sucesora, lo que me llevó a tomar una decisión: alquilar mi negocio fotográfico y dedicarme por completo a impartir seminarios. Todo parecía ir de maravilla, hasta que, de un momento a otro, mi vida volvió a dar un giro inesperado.
Pocos días después de haber alquilado mi tienda, la nueva empresa cerró. Tres meses más tarde, dejaron de llegar los pagos del alquiler. Decidí investigar el motivo del impago y, para mi sorpresa, encontré la tienda completamente vacía y abandonada. No solo me vi obligado a hacerme cargo del alquiler atrasado, sino también de la mercancía sustraída. De un instante a otro, tenía una deuda de 82.000 marcos alemanes.
Los años siguientes fueron una verdadera prueba , como si la vida quisiera desafiarme para ver si, incluso en medio de la adversidad, podía mantener una actitud positiva y transformar, paso a paso, mi realidad en una vida plena y exitosa.

Nos imaginamos cómo sería nuestra vida ideal, y en ella no podía faltar una casa hermosa. Para ser precisos, soñábamos con un bungaló con sótano. Para hacer esta idea más tangible, decidí construir una maqueta en miniatura de nuestra futura casa.
Poco después, recibí una oferta desde Salzburgo para impartir seminarios.
Con eso en mente, comenzamos a buscar un piso en la parte alemana. Sin embargo, para nuestra sorpresa, en lugar de un apartamento, nos ofrecieron una casa al mismo precio de alquiler, gracias a ciertas subvenciones para constructores. Y lo más increíble: era exactamente un bungaló con sótano, tal como lo habíamos imaginado. No podíamos creerlo, pero entendimos que era una señal clara de que debíamos dejar nuestra vida en el norte de Alemania y mudarnos a Baviera.
Sin embargo, apenas tres meses después, la empresa tampoco pudo seguir pagándome. Una vez más, nos vimos obligados a replantearnos seriamente nuestro futuro. Fueron años de altibajos, saltando de una esperanza a otra.
Sin el apoyo incondicional de mi querida esposa, la fundación de los seminarios PALLAS jamás se habría hecho realidad. Para ella, no había dudas: "Lo lograremos". Así nació nuestro lema: «Venga lo que venga, lo solucionaremos».
Cuando la empresa de Salzburgo también cerró sus puertas, supimos que había llegado el momento de independizarnos. Así, el 7 de abril de 1977, dimos el paso hacia la autonomía. Pero más que eso, asumimos por fin la responsabilidad de nuestro propio destino, dejando atrás la dependencia de los demás.
«Venga lo que venga,
lo solucionaremos»
´Nuestro primer Seminario PALLAS se llevó a cabo en abril 1977, en el Kurstift Mozart*, una residencia para la tercera edad. El participante de mayor edad, con 86 años, escribió en su informe:
«El seminario en su conjunto fue muy interesante, especialmente por la gran cantidad de ejemplos prácticos. Creo que, a pesar de mis 86 años, puedo aplicar lo aprendido para mi desarrollo futuro.»
Desde el inicio, un principio clave que más tarde se volvería esencial en nuestros seminarios de ventas fue: «Pregúntale al cliente lo que quiere y ayúdale a conseguirlo.»
* Kurstift Mozart: Residencia de la tercera edad
Si bien tenía experiencia en áreas como el entrenamiento autógeno, el desarrollo personal, el discurso en público y la definición de objetivos, la única manera de descubrir qué querían realmente nuestros clientes era preguntarles directamente.
Así que, cada día, tomaba el teléfono y llamaba a empresarios autónomos que encontraba en las páginas amarillas. Les decía: «"Hola, me llamo Stielau-Pallas. Impartimos seminarios para autónomos y ejecutivos. ¿Cuándo puedo presentarle nuestro programa?»
Tras muchas llamadas sin éxito, finalmente conseguí mi primera cita con un matrimonio de arquitectos en Bad Reichenhall. Pero en lugar de presentarles un programa (que ni siquiera teníamos), les pregunté: «¿Qué le gustaría encontrar en un seminario?»

Él quería mejorar su capacidad para hablar en público; ella, aprender sobre meditación. Así nacieron nuestros dos primeros temas. Y gracias a las siguientes cinco parejas, que compartieron sus intereses con nosotros, definimos los diez temas adicionales que conformarían nuestro primer seminario, compuesto por 12 sesiones nocturnas.
Para realizarlos, acondicionamos una habitación en el sótano de más de 60 metros cuadrados. Puse papel pintado, coloqué moqueta económica, construí una zona de estar con una mesa, instalé una iluminación acogedora y decoré el espacio con mis propias fotografías.
Cuando reunimos a nuestro primer grupo de participantes, también obtuvimos nuestra propia sala de seminarios, lo que nos permitió evitar el alto costo de alquilar una sala de hotel. Como los asistentes eran de la zona, pudimos iniciar seminarios de larga duración.
Con el tiempo, pasamos de un formato semanal a uno mensual, hasta llegar a nuestro modelo actual: ocho seminarios mensuales de media jornada y uno de cuatro días. Mi esposa se encargaba de servir té y galletas durante las pausas, y pronto nuestros participantes comenzaron a recomendarnos, lo que facilitó la llegada de nuevos asistentes.

En 1978, una conferencia en el Juniorenkreis der Industrie und Handelskammer* de Bad Reichenhall** atrajo aún más participantes. Con cada seminario, los temas evolucionaban y se enriquecían, gracias a la lectura constante de material, especialmente de autores estadounidenses.
Ese mismo año, incorporamos una herramienta clave: grabamos en vídeo a los participantes que querían mejorar su habilidad para hablar en público. Esto les permitía ver por sí mismos que proyectaban una imagen mucho mejor de lo que temían. Nuestra primera cámara grababa en blanco y negro y representó una gran inversión en aquella época. Una y otra vez, comprobamos que al inicio los participantes sentían miedo de hablar en público, pero al recibir comentarios positivos de los demás, ese temor irracional desaparecía rápidamente.
* Círculo de afiliados juniors de la Cámara de Industria y Comercio
** Ciudad en Alta Baviera (Alemania) cerca de Salzburgo


A principios de los años 80, en Alemania, el libro El poder del subconsciente fue un gran éxito. Cuando su autor, el Dr. Murphy, visitó Alemania para ofrecer conferencias, tuve la oportunidad de fotografiarlo para las portadas de sus libros. A cambio, él me permitió ofrecer mis primeras cintas de casete durante sus conferencias, lo que nos dio la esperanza de que las cosas podían mejorar.
Poco después, escribí mi primer libro, basado en mis propias experiencias, y rápidamente encontré una editorial, la Wirtschaftsverlag Langen-Müller, Herbig*, aunque las ventas fueron moderadas. En Alemania, todavía no era el momento adecuado. Al menos no para los libreros, que se mostraban muy críticos con mis libros.
Sin embargo, un librero de Salzburgo decidió exhibir mi libro Los diez mandamientos del éxito en su escaparate y, lo más sorprendente, lo colocó justo debajo del libro sobre el Papa Juan Pablo II. Este gesto fue un gran apoyo, y con el tiempo, el mercado demostraría que estaba mucho más adelantado a mi tiempo de lo que imaginaba.
* Editorial tradicional alemana
** Die zehn Gebote des Erfolgs, ISBN 978-3936521191
En esa misma época, conocí a un editor que me ofreció liderar un proyecto como redactor jefe de un nuevo libro titulado: El nuevo manual de éxito y carrera profesional para autónomos y directivos. Este proyecto no solo me dio la oportunidad de colaborar con otros organizadores de seminarios en Alemania, quienes aportaron sus ideas y programas, sino que también me permitió entrevistar a personalidades destacadas y exitosas del mundo germanohablante para conocer sus "secretos del éxito".
Pronto descubrí que había similitudes notables entre lo que querían nuestros participantes y lo que practicaban con éxito aquellos que ya lo habían logrado:
-
Sabían lo que querían y seguían adelante, incluso cuando los demás se reían de ellos.
-
Confiaban en su intuición y conseguían centrarse en lugar de preocuparse por cosas ajenas a su objetivo.
-
Sabían expresar expectativas claras.
-
Creían en un resultado positivo, confiaban en sí mismos para lograrlo y mantenían un impulso interior que los motivaba cada día.


Fue entonces cuando comencé a clasificar estas habilidades en ocho grupos concretos y desarrollé un programa de seminarios que llamé: Las reglas del juego del éxito, en 1982.
Además, como queríamos ofrecer no solo un manual, sino también cintas de casete como material para el seminario, todo parecía estar a nuestro favor cuando, en 1977, Martin Koch fundó su estudio de grabación en Bad Reichenhall. Cada vez que nos encontrábamos, seguíamos el mismo ritual:
«¿Qué tal señor Koch?»
«¡Más que bien Sr. Pallas!»
Nos entendíamos perfectamente, y él también estaba interesado en mi tema y lograba seguir mi forma de pensar. Además, me presentó a un fabricante de cintas de casete vírgenes, lo que me permitió comprar directamente de fábrica. En ese momento, cada marco contaba, ya que las horas en el estudio de grabación eran muy costosas.
En ese momento, estábamos reflexionando sobre lo que debía ser lo más importante en nuestras vidas:
-
¿Quería continuar dando seminarios en el futuro?
-
¿O quería formar un equipo para poder dedicarme a lo que más me apasionaba: desarrollar cosas nuevas, escribir, y además producir vídeos y audios?
Dado que ya estaba escribiendo mi segundo libro A partir de hoy con éxito* en una máquina de escribir pórtatil Olivetti "Valentine" durante nuestras vacaciones de invierno en Mallorca, lo que sentí como un lujo puro.
* Ab heute erfolgreich, ISBN 978-3936521030
Finalmente, adoptamos el lema que marcaría nuestra vida: »Estoy en amorosa y humilde gratitud por mi maravillosa vida, en fabulosa libertad e independencia«.
Fue así como lo presenté luego en mi seminario.
Con mi pasaporte, mi tarjeta de crédito y un disco duro con todas mis obras en la mano, les dije: »Esto es todo lo que realmente necesito. Con esto puedo moverme por el mundo libre e independientemente.«
»Estoy en amorosa y humilde gratitud
por mi maravillosa vida
en fabulosa libertad e independencia«
Ese mismo año, nos fuimos dos meses de vacaciones a Nueva Zelanda y regresamos a casa con otro libro. Mientras tanto, el equipo crecía, y nuestra primera pareja había logrado, gracias a nuestros clientes, más de treinta nuevos participantes para el programa de seminarios de ocho meses: Las reglas del juego del éxito. Pronto, grandes cadenas de empresas de ventas nos conocieron y nos contrataron para seminarios en El Cairo, Acapulco, Cerdeña, Corfú y otros lugares maravillosos.
Una gran cadena de ventas tuvo la idea de organizar un seminario conmigo en el hotel Kalastajatorppa de Helsinki como premio para sus mejores vendedores. Volvimos de Nueva Zelanda justo a tiempo para el evento en marzo, y de camino hicimos una parada de dos noches en Singapur. Así llegué a Helsinki tres días después, habiendo pasado de estar a 30 grados tropicales a enfrentar los 30 grados bajo cero. Fue una de las noches más frías de mi vida, con temperaturas de -30 grados. Sin embargo, no dejé pasar la oportunidad de pasear por la ciudad después del seminario a las 22:00.
Además, nos contrataron para capacitar a los concesionarios de Mistral® en Gran Canaria, contribuyendo a aumentar su volumen de ventas en un 30%.

Los primeros años utilicé transparencias, en parte con contenido preparado por mí y otras incorporando preguntas y contribuciones de los participantes durante el seminario. Luego, pasé al rotafolio, lo que me permitió adaptarme completamente a los participantes desde el principio.
Mis seminarios siempre comenzaban y comienzan con la pregunta abierta: »¿Qué esperas de este seminario?« No importaba lo que respondieran los participantes, incluso en grupos grandes, nos asegurábamos de que todos encontraran una respuesta satisfactoria para sí mismos al final del curso.
Esto requiere una gran experiencia por parte de los profesores y una sólida base de ejemplos, perspectivas y las preguntas adecuadas, que ayudaban a los participantes a encontrar por sí mismos las soluciones a sus problemas. Solo entonces se sentirían motivados a poner en práctica lo aprendido y lograr el éxito.
Nos enamoramos de Nueva Zelanda, y al año siguiente volvimos. Esta vez, vimos una hermosa parcela que nos ofrecieron durante un vuelo turístico con la opción de comprarla en cuotas durante tres años. Fue otro paso en nuestra búsqueda de la "fabulosa libertad", tal como reflejaba nuestro lema de vida. Fue entonces cuando escribí mi siguiente libro, titulado: Fabulosa Libertad*.
*Märchenhafte Freiheit, , ISBN 978-3985950492

Después de esto, finalmente pude permitirme una Olivetti 221 para preparar mis seminarios, con corrector (al menos para las dos últimas líneas). ¡Su precio: 7.500 marcos alemanes (unos 3.750 euros)! Su gran ventaja era la variedad de tipografías, lo que me permitía escribir "como si fuera a máquina".
Además necesitábamos una impresora multifunción por 25.000 DM, y poco después, un ordenador por otros 25.000 DM (unos 12.500 euros cada uno). Nuestra primera cámara de vídeo para los foros costó 7.500 DM.
Sin embargo, todo quedaba obsoleto en dos años como máximo y se volvía totalmente invendible. Hoy, tenemos algunas videocámaras antiguas en nuestro "museo".
Mi siguiente libro lo escribí en un ordenador sin MS-DOS*, lo que significaba que ninguna impresora era compatible con él...
* MS DOS era el sistema operativo líder para ordenadores en los años 80.

Quería que este libro fuera algo único, con una edición limitada de 999 ejemplares, encuadernados en cuero, cosidos a mano con hilo, gofrados con oro, y con una tipografía preciosa. Mi objetivo era financiar nuestra primera casa en Nueva Zelanda, así que ofrecí los primeros 500 ejemplares por 499 DM y los siguientes 500 por 999 DM
Tardamos un tiempo en vender todos los ejemplares, pero finalmente lo conseguimos. Incluso hoy, algunos clientes aún conservan este libro como una pieza especial en sus estanterías, y algunos otros lamentan no haber podido comprarlo cuando ya estaba agotado.
Después de que los primeros participantes habían completado el seminario Las reglas del juego del éxito (dirigido por mí), surgió el deseo de realizar un seminario avanzado. Una vez más, les preguntamos a nuestros participantes »¿Qué quieres? ¿Qué necesitas?«.
Y los cuatro temas más solicitados fueron:
-
Las reglas del juego del amor y la pareja
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Las reglas del juego de la riqueza y la prosperidad (no sólo financiera)
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Las reglas del juego del poder y la influencia (en sus propios pensamientos)
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Las reglas del juego de la autorresponsabilidad y la realización personal (reconocer el sentido de la vida y realizarlo)
Así nació nuestro seminario avanzado Las reglas del juego de la satisfacción. Más de veinte años después, los psicólogos descubrieron que estos eran, en realidad, los »cuatro pilares de la felicidad«:
-
Tiempo para la familia y los amigos
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Gratitud por lo que uno tiene (sentirse abundante)
-
Actitud optimista en lugar de preocupación constante
-
Ver el sentido de la vida
Debido al éxito del concepto de seminarios de larga duración, seguimos con ocho seminarios mensuales de media jornada, acompañados de entre ocho y doce meses de supervisión.

Ya en 1984, di mi primer seminario avanzado en Nueva Zelanda para participantes alemanes. Todos alquilaron su propia autocaravana y viajamos de una zona turística a otra, organizando seminarios en lugares que nos inspiraban.
En el géiser que aparece en la foto de abajo, el agua caliente brota durante unos minutos todos los días a las 11:00. A su alrededor, también había fuentes termales burbujeantes, donde cocinamos los huevos para el desayuno. Sin embargo, el huevo de Ed quedó demasiado blando para su gusto, así que se lo ofreció a su esposa con una sonrisa y le dijo: «Está justo como a ti te gusta».
Muchos de nuestros seminarios continuos se realizaban en el extranjero, como este en Creta, donde aprovechamos el día libre para hacer una excursión. Sin embargo, al no saber leer los letreros en cirílico, nos perdimos camino a Cnosos, lo que me llevó a la idea de desarrollar una »decisión temporal«.
Con los años, Creta se convirtió en uno de los destinos favoritos de los organizadores de nuestros seminarios. Sin embargo, gran parte de su encanto original se ha perdido, especialmente desde que la tranquilidad del lugar se vio afectada por el ruido de los quads. Por ahora, hemos decidido despedirnos de esta hermosa isla.

Mientras tanto, había diseñado un cuarto nivel de seminario, ya que un sorprendente número de participantes disfrutaba desarrollándose de manera continua. Habían comprendido que no solo vale la pena invertir en coches, teléfonos y ordenadores nuevos, sino que, de vez en cuando, también es fundamental invertir en uno mismo.
En ese momento, vivíamos en Nueva Zelanda y solo viajábamos a Alemania una o dos veces al año para impartir personalmente el "seminario de cuatro días" y realizar una gira por el país, donde llegamos a reunir hasta 700 participantes en cada evento.
Sin embargo, nuestros primeros licenciatarios intentaron interpretar el contrato de tal manera que no solo nos privaban de cualquier derecho como licenciantes, sino que además pretendían dejar de pagarnos las licencias. Incluso llegaron a considerar que el nombre "Seminarios PALLAS" les pertenecía por completo. De repente, nos encontramos sin nada y con la incertidumbre de si nuestro sueño en Nueva Zelanda había llegado a su fin.
Afortunadamente, logramos empezar de nuevo con un equipo de nuevos licenciatarios y reconstruir los Seminarios PALLAS. Rápidamente, todo volvió a funcionar y, al final, las cosas salieron bien.
Así que decidimos cambiar la sede de nuestros seminarios, trasladándonos del hotel Heißenhof en Inzell* al lujoso hotel de cinco estrellas Kobenzl, junto al Gaisberg**. Este exclusivo hotel, frecuentado por celebridades, presidentes y jeques durante sus visitas a Salzburgo, ofrecía una vista espectacular de la ciudad y los Alpes.
La dueña del hotel estaba encantada con nuestros participantes y solía decir: «Sois mis favoritos». Con una actitud generosa y entusiasta, nos brindó esta increíble oportunidad con tarifas reducidas. Como normalmente reservábamos el hotel en su totalidad, recibíamos un trato excepcional, casi como si fuéramos celebridades. Fue una época maravillosa que, lamentablemente, llegó a su fin cuando la dirección del hotel cambió.
Mientras tanto, la distribución de tareas se volvió ideal. Yo tenía el tiempo y el entusiasmo para escribir y producir, mientras que nuestros profesores podían concentrarse plenamente en impartir los seminarios. Además, gracias a los nuevos programas, podían seguir desarrollándose y disfrutar de una mayor variedad en su trabajo.
* Balneario situado en el Chiemgau, Alta Baviera, Alemania
** Montaña local popular situada a solamente unos km del centro de Salzburgo.
Luego llegaron los años 90, una década en la que todo marchaba de maravilla, tanto que pudimos permitirnos una segunda casa en la Isla de Vancouver, Canadá. Allí logramos vivir aún más plenamente nuestra visión ideal de "una vida maravillosa en total libertad e independencia". A partir de ese momento, casi siempre disfrutábamos del verano.
Uno de nuestros licenciatarios también adquirió una casa cerca de la nuestra para pasar los meses de verano y, más tarde, comenzó a llevar participantes alemanes a Canadá para impartir seminarios allí.
Durante toda la década, todo funcionó sin contratiempos, lo que nos permitió vivir plenamente nuestro lema de vida. Para nuestros vídeos y productos, necesitaba constantemente nuevas imágenes y fondos, así que mi antiguo oficio como fotógrafo resultó ser una gran ventaja. A cambio, pude cumplir el deseo de mi esposa: viajar por el mundo.
Mientras tanto, nuestro hijo se incorporó activamente al proyecto y se encargó de todo lo relacionado con la tecnología: desde el diseño y la gestión de internet hasta la producción de vídeo y audio. Sorprendentemente, también desarrolló la capacidad para manejar los asuntos legales. Aportando sus diversos talentos y dominando una increíble cantidad de áreas, logró cubrir una amplia gama de tareas.
En 1997, con motivo del 20 aniversario, celebramos con todo el equipo en Australia, en la "Isla Hamilton"*. Disfrutamos de excursiones a la "Gran Barrera de Coral" y realizamos un espectacular paseo en hidroavión a una playa desierta de arena blanca como la nieve.
* Mayor isla permanentemente habitada de las 74 que componen las islas Whitsunday y el destino de vacaciones más deseable de Australia

En aquella época, el hotel donde impartíamos nuestros seminarios era el Interalpen, cerca de Innsbruck*, un lugar espectacular. Su belleza era impresionante, y estaba dirigido con calidez y dedicación por su directora, quien lo gestionaba como si fuera un negocio familiar, pero con el más alto nivel de excelencia. ¡Cinco estrellas!
*Innsbruck, capital de la provincia de Tirol, en el oeste de Austria.
Un "Seminario Guión" con solo seis participantes, que impartí personalmente allí, llegó a su fin. Todos estaban profundamente agradecidos y querían expresarlo de alguna manera.

Durante años, mi esposa y yo llevamos una lista diaria de agradecimientos. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que todo lo que escribíamos comenzaba a multiplicarse, como si hubiéramos frotado la lámpara mágica de Aladino. Nuestros ingresos crecieron, viajamos más y cada vez más personas participaron en nuestros seminarios. Todo parecía expandirse de manera casi milagrosa.
Inspirado por esta experiencia, en 1997 escribí un nuevo libro «El Poder del Agradecimiento» con el propósito de profundizar en el tema de la gratitud, no solo de manera superficial, sino explicando en detalle cómo aprovechar su poderoso impacto. Poco después, también se publicó el Diario, que lo acompañaba, convirtiéndose en uno de los primeros libros de su tipo.
El Poder del Agradecimiento
ISBN 978-84-1181-702-8
Die Macht der Dankbarkeit
SBN 978-39-8595-047-8
Uno de nuestros participantes era un titiritero aficionado, y juntos tuvimos una idea especial: visitar el Hospital Infantil de Innsbruck y regalar un peluche a cada niño. Tras resolver algunas inquietudes del personal del hospital, disfrutamos enormemente el proceso de elegir los regalos.
Cuando los niños recibieron sus peluches de manos del títere, la alegría fue inmensa, tanto para ellos como para nosotros. Fue una hermosa confirmación de que, realmente, es mejor dar que recibir.

Para el cambio de milenio, queríamos hacer algo especial: ser los primeros en el mundo en dar la bienvenida al año 2000. Para lograrlo, solo había un lugar posible: Nueva Zelanda.
Sin embargo, en los meses previos, la expectación era enorme. Los expertos en informática de todo el mundo no estaban seguros de cómo afectaría el llamado efecto 2000 a los sistemas digitales. ¿Colapsarían los ordenadores a la medianoche del 31 de diciembre de 1999? ¿Dejarían de funcionar los cajeros automáticos? ¿Los bancos perderían acceso a las cuentas de sus clientes? ¿El fallo podría afectar servicios esenciales como el suministro de agua, la electricidad o los semáforos? ¿Sería imposible pagar con tarjeta de crédito?
Así que nos preparamos para el peor de los casos. Fui al banco con semanas de antelación y saqué suficiente dinero en efectivo para asegurarnos de que nuestro equipo tuviera lo necesario para "alimentarse" si fuera preciso. Viajábamos en autocaravana y queríamos celebrar la Nochevieja disfrutando de una cena con vista a la montaña más alta de Nueva Zelanda, el monte Cook.
A medida que avanzaba el día, el cielo se iba nublando cada vez más, y la idea de ver el primer amanecer del año 2000 se desvaneció. Lo único que nos recordó el cambio de milenio fue una sirena de bomberos que, sin motivo aparente, sonó a medianoche. Sin embargo, a pesar de la falta de espectáculo informático, el viaje fue maravilloso, lleno de experiencias y aprendizajes, y nos regaló un comienzo de milenio que nunca olvidaremos.

Para nuestro 25º aniversario en 2002, nos encontramos en Creta. Durante un seminario, preguntamos a los participantes: "¿Qué harías si ganaras un premio de lotería de 3,2 millones de marcos alemanes?" Motivados por esta pregunta, nuestro equipo decidió imprimir 3,2 millones de marcos en billetes de 1.000 marcos.
Cuando uno de los responsables del seminario fue a recoger los billetes de la imprenta, los transportaba en una caja abierta, conduciendo a una velocidad excesiva. Fue detenido por un policía, quien, como era de esperar, quiso saber qué había en el asiento del copiloto. Después de escuchar una explicación plausible, el policía pidió 3 billetes para sus hijos y dejó continuar al participante del seminario. Así que, al final, no eran 3,2 millones de marcos, sino "solo" 3.197.000 marcos PALLAS.

En 2004, nos separamos de una pareja de licenciatarios con la que habíamos trabajado durante muchos años, lo que me afectó profundamente. Sin embargo, tuve que darme cuenta de que no todas las relaciones están destinadas a durar toda la vida, y que, en ocasiones, una separación puede tener más sentido para ambas partes.
En ese tiempo, el GPS se estaba haciendo cada vez más popular, y fue entonces cuando se me ocurrió la idea de producir tres CDs relacionados con este tema. El primero de ellos fue: El sistema de navegación para la vida – Dirección: Éxito.
Das Navigations-System fürs Leben – Zieleingabe: Erfolg
ISBN: 978-3936521160
En 2006, nuestro hijo se casó y tuvo una dulce hija con su esposa canadiense, nuestra primera nieta, Aurelia Pallas.
En 2007, con motivo de nuestro trigésimo aniversario, fletamos un autobús exclusivo para nuestro equipo y realizamos una gira que abarrotó las salas de Múnich, Stuttgart, Fráncfort y Berlín. La oportunidad de tener nuestro propio tourbus la debemos a una pareja de participantes, los señores Beer, quienes habían creado una empresa de autobuses y estuvieron encantados de ofrecernos este lujo en su flamante vehículo de última generación. En todas las ciudades fuimos recibidos con mucho cariño por antiguos participantes. Fue una confirmación para nosotros del impacto duradero que nuestros seminarios seguían dejando.

Esta vez decidimos quedarnos en el país y, junto con el equipo, visitamos los lugares donde todo había comenzado. Primero, fuimos al bungaló en Ainring, luego a la ciudad más antigua de Baviera, Laufen, donde habíamos vivido antes de emigrar, y, por supuesto, a Salzburgo, a la Getreidegasse*, donde nació el cuento "Del café de pie". Fueron recuerdos muy especiales de los primeros tiempos de PALLAS.
En los últimos años, la demanda de seminarios sobre liderazgo creció entre algunos de nuestros clientes. Así que, junto con mi hijo, desarrollamos un nuevo tipo de seminario, con la colaboración de quienes mejor podían compartir su experiencia: directores generales y empresarios de medianas empresas. El seminario se llamó «Las reglas del juego del liderazgo.» A todos los que nos brindaron su valioso tiempo y conocimiento, ¡muchas gracias!
*La Getreidegasse es una famosa calle del casco histórico de Salzburgo, donde se encuentra la casa natal de Mozart.
También creció la demanda de seminarios de ventas por parte de empresas que querían formar a sus vendedores fijos. Hasta ese momento, teníamos un programa dirigido a autónomos, el cual tuve que revisar y adaptar junto con mi hijo. Por ello, ¡muchas gracias a los directores de ventas y a los directores generales por sus ejemplos prácticos!
Ahora ha llegado el momento: han pasado cuarenta años desde que mi esposa y yo decidimos dar ese primer y decisivo paso, con el propósito de brindar a otras personas valor y confianza para su propio futuro.
Estamos profundamente agradecidos de poder celebrar ambos nuestro 70º cumpleaños este año, mirando atrás y viendo la labor con la que se nos permitió ser pioneros de un movimiento que ahora es imparable. Han sucedido muchas cosas desde entonces. La gente vive de forma más sana, más consciente y es más feliz (Alemania ahora ocupa al menos el puesto 16, Suiza el 4 y Austria el 13 en cuanto a calidad de vida). Y cuando leo las crónicas periodísticas de 1977, veo que, en comparación, Alemania es ahora mucho más tranquila y pacífica que en aquellos tiempos.

Pero ahora nos enfrentamos a un nuevo reto sin precedentes: ¡un virus!
Hoy sabemos menos que antes sobre lo que este desafío realmente significa para toda la humanidad. ¿Será posible algún día volar de Nueva Zelanda a Alemania para celebrar el 45º o incluso el 50º aniversario de PALLAS? Hemos llevado a cabo los primeros "seminarios en Zoom", pero también hemos descubierto que la mayoría de nuestros participantes prefieren el contacto personal y el intercambio directo. Afortunadamente, estamos muy agradecidos de que muchos seminarios puedan volver a impartirse de manera "normal".
Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todos nuestros participantes, a los lectores de nuestros libros y, por supuesto, a todos los que alguna vez han formado parte de nuestro equipo, especialmente a aquellos que aún lo hacen.
Gracias por trabajar para PALLAS y apoyarnos de manera leal. Sabemos que no es fácil transmitir a otras personas lo que un seminario puede ofrecer, ya que no hay mejor testimonio que el de los propios participantes. Afortunadamente, seguimos recibiendo, sin excepción, cartas positivas y entusiastas que confirman: "¡...con PALLAS de verdad es más fácil!"
¿Cuándo podremos leer tu carta?